domingo, 27 de octubre de 2013

Body Pressure

El pasado mes de agosto tuve la suerte de poder viajar a Berlin. Debo decir que como ciudad no fue todo lo que esperaba. Considero que era mucho menos moderna de la imagen que ya tenía preconcebida. A pesar de ello, fue un viaje del que extraigo ahora una grata sorpresa: la Hamburger Bahnhof, una antigua estación de tren que alberga el Museo de Arte Contemporáneo. Al margen de la maravillosa colección de Pop Art encabezada por Andy Warhol, pude descubrir una exposición sobre el cuerpo que es, como mínimo, excitante.

Ocupando la sala central del museo, el visitante se topaba con Body Pressure, un repaso por el estudio escultórico y performativo del cuerpo desde los 60 hasta el momento actual. La propuesta es sencilla: pretende ser una exposición que acerque al espectador a esas formas en que los artistas se han visto a sí mismos, en lo físico, y como lo han transportado al arte. De como el cuerpo se ha convertido en objeto artístico y, de alguna forma, filosófico.

Rompiendo con el ideal escultórico de bronce y mármol, podemos encontrar creaciones que se mueven entre el plástico, la cerámica, la cera o la goma, además de aunarse con vídeos performativos. No es un compendio de monumentos, no son únicamente objeto de exhibición. El público tiene esa moderna posibilidad de formar parte de la obra, de no ser un mero espectador. Son esculturas que están ahí para ser contempladas pero también para suscitar algo que establezca un debate entre el cuerpo artístico y el cuerpo físico, entre el ser que mira y el que es mirado.

David, Kopf groß
Hans-Peter Feldmann
Lady with Shopping Bags
Duane Hanson
Por una parte, la escultura más destacable de carácter figurativo, podía deleitarnos con las impactantes obras de Duane Hanson o Paul McCarthy, críticos de la sociedad y artistas dedicados a representar el cuerpo como lienzo de la cultura, llegando a cuestionar lo absurdo de nuestra existencia. También había un sector más introspectivo e igualmente chocante compuesto por Martin Kippenberger y Ryan Gander, artistas que miran hacia sí mismos, que en su obra hacen una visión de quienes son, de su papel en el mundo, un análisis de sus virtudes y sus miedos. Los más excéntricos de este sector, y no por ello menos interesantes, son Hans-Peter Feldmann y Urs Fischer: hablan del papel de la historia del arte en el ahora y de la efímero de cualquier arte.

Por otra parte, destacaría las obras de John McCraken y Franz Erhard Walther, en las que desaparece el espectador. Aquel que se había dedicado a la mera contemplación se convierte ahora en parte de la obra. El cuestionamiento de lo físico ya no es de agentes externos al público sino del propio público, del “yo” visitante y actor. Además, no puedo dejar de lado la propuesta de Bruce Nauman, la que da nombre a toda la exposición. Aquí, ese visitante entra de lleno con su cuerpo en el arte y se pone a prueba a sí mismo. Es de esas pocas veces en que es tan gratificante poder sentirse acogido por la creación artística.

Freeing the Body
Marina Abramović
Finalmente, podemos encontrarnos diferentes pantallas con las creaciones de Friederike Pezold, Nam June Paik, Valie Export, Gilbert & George o Marina Abramović. Aquí se unen diferentes propuestas. Es una mezcla de el estudio del propio cuerpo, desde el narcisismo o la resistencia que este puede tener, hasta discursos sobre el feminismo en contraste con la sensualidad-sexualidad femenina, llegando a un debate místico-religioso. Que en una exposición escultórica sobre el cuerpo se permita la entrada del vídeo me pareció un punto muy favorable.

Por tanto, después de este repaso extenso pero no completo, recomiendo a todo aquel que tenga la oportunidad de visitar Berlin, que no pierda la oportunidad de pasarse por la Hamburger Bahnhof para disfrutar de Body Pressure, es toda una experiencia. La podéis encontrar allí hasta el 12 de enero del próximo año. De todas formas, si tenéis ocasión de ir a Berlin en algún punto de vuestra vida, acercaros a este museo. Es un deleite para el consumidor de arte contemporáneo.


Charlie W.


En memoria de Lou Reed, en el día de su muerte, porque su música es una fuente de inspiración y porque él ha sido uno de los pilares fundamentales para que yo sea quien soy.

domingo, 20 de octubre de 2013

La negación de la muerte de DAMIEN HIRST

El cuestionamiento de los límites del arte se ha convertido en algo habitual en los últimos 30 años. Y con Damien Hirst, la polémica está servida. Con su obra pretende impactar al espectador y hacer que reaccione, ya sea con un aplauso o con un gesto de negación. Pero que diga algo. Porque eso es lo que ansía. Que la gente hable de él, que comenten, que su nombre resuene. Sus creaciones tienen como fin último el intento de adquirir un gran estruendo en los medios de comunicación y en la sociedad. Y lo logra.

La obra de este artista es muy extensa. Se mueve entre la escultura, el dibujo, la instalación, la fotografía y la pintura. Pero un común denominador a toda ella es la idea de la muerte. Este es el verdadero punto central. Su miedo a morir le ha llevado a elaborar unas obras que marcan continuamente el intento de perdurar en el tiempo y no desvanecerse. Y aquí está esa búsqueda de fama. El hecho de provocar con su arte y hacer que todos hablen de él tiene un efecto positivo para el propio Damien Hirst: cuanto más se le conozca, menos alcance tendrá la muerte sobre él. Es el conocido “que hablen; mal o bien, pero que hablen”.

Mother and Child (Divided)
Para comprender por qué es tan polémico, he seleccionado únicamente una pequeña parte de su colección, una vía de creación. En el año 1991, Damien Hirst comenzaría a trabajar en su Natural History, una unión del debate entre la vida y la muerte que incorpora a la ciencia como una nueva religión, tema que seguiría desarrollando en otros trabajos. En esta historia natural, el artista escoge animales muertos, algunos de los cuales son diseccionados, y los sumerge en grandes tanques de acero y cristal rebosantes de formol. Con ello, lo que consigue es retener durante años en perfecto estado a los animales. Es como si para ellos no pasara el tiempo, como si con esta práctica consiguiera burlar a la muerte. El tanque es la definición de un espacio sepulcral y la muestra de la fragilidad de la existencia. El formol es el líquido casi divino que consigue retener viva la belleza, como una fuente de la eterna juventud. 


Se hace evidente, pues, que con semejante práctica se enciendan debates de opinión y muchos sectores sociales, sobretodo los defensores de los animales, salten al cuello de Damien Hirst. Así que su obra es todo un logro para él. Ese miedo a morir desaparece cuando expone una vaca diseccionada y sumergida en formol, porque la conserva bella y hace que su nombre permanezca con vida.

Este zoo de animales muertos le llevó a adquirir un gran reconocimiento internacional. A pesar de ser una obra desagradable incluso para un museo de arte contemporáneo, sus creaciones le han hecho uno de los artistas más ricos de todo el siglo XXI. Ya en los años 90 se convertiría, gracias a Natural History, en uno de los símbolos del arte británico contemporáneo. Pasaría a formar parte de la Young British Artists (YBA), un movimiento de jóvenes artistas británicos visuales, muchos de los cuales fueron mecenados por Charles Saatchi. En la actualidad cuenta con diferentes estudios en todo el Reino Unido con más de 100 personas a su cargo que trabajan sobre su ideario.

Valdría la pena destacar la obra emblemática de esta historia natural: The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living, un tiburón tigre de más de cuatro metros de largo que se mantenía en posición de ataque perfectamente conservado en el formol. A parte de ser una de las creaciones por las que más le han pagado, el tiburón tigre supuso un replanteamiento en el ideal de Damien Hirst. En el año 2006 tuvo que ser reemplazado por otro tiburón puesto que el anterior se acabó pudriendo. 

The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living

Esto nos lleva a pensar si realmente la creación del propio artista no es una utopía. Él pretende evadir la muerte con la conservación de cuerpos pero se demuestra que la muerte acaba cumpliendo su ciclo. ¿Cambia así el sentido de la obra? Bajo mi punto de vista, este hecho supone un antes y un después en la propuesta de Damien Hirst; pero nos muestra, al mismo tiempo, que el arte no debe ser un ente estático, que el fin de la obra no lo pone ni el artista ni el público y que el error puede convertirse en objeto artístico.



Charlie W.

Os dejo con el enlace a la web del propio Damien Hirst por si os interesa seguir investigando su obra.

domingo, 13 de octubre de 2013

Lo que nos dejó la SWAB ART FAIR 2013

La pasada semana, entre los días 3 y 6 de octubre, Barcelona tuvo el placer de recibir un año más la Swab Art Fair, una feria internacional de arte contemporáneo que lleva en activo desde 2007 y que esta última edición ha contado con 150 artistas y 53 galerías de 19 países. Toda una victoria en tan poco tiempo. Su propósito principal es descubrir arte nuevo y emergente, además de hacerlo más cercano al público, rompiendo con el elitismo que a veces suelen tener estos actos. No pretendo alargarme mucho más en presentaciones porque nos dejó gran cantidad de descubrimientos por comentar. Así que si queréis saber más sobre esta feria, aquí os dejo su web.

En cuanto a mis impresiones –debo decir que únicamente pude ir el día 4– destacaría el perfecto entorno del Pavelló Italià de la Fira Barcelona y la gran afluencia de público extranjero, cosa que no sé si es negativa porque puede dar la sensación de que esta ciudad reniega del arte contemporáneo. Pero, ¿cómo hacerlo teniendo un evento de tal magnitud? Sin más demora, paso a destacar lo que más me impactó, tanto en positivo como en negativo, haciendo una selección de los programas organizados que considero reseñables.

PROGRAMA GENERAL
Aquí nos encontramos con una cantidad ingente de galerías y artistas de todos los lugares y todas las prácticas artísticas. Pero si hay algo genérico que se lleva la palma es la escultura. ¡Qué desfile, señores! Desde el recibimiento de Cockeyed virtue, los pollos dorados de Sophia Daly Rossin, pasando por Giganteschio, la gigantesca calavera de muñecos al más puro estilo Pop Art de Fabrizio Fontana, las delicadas criaturas de Iria do Castelo, sacadas de los Curiosos sucesos a la hora del té, hasta llegar a las piezas que más me agradaron: las figuras hiperrealistas de Samuel Salcedo y las de Noe Serrano. Sólo aquel que se ponga ante estas y mire a sus ojos descubrirá el maravilloso trabajo que hacen estos dos artistas. 

Samuel Salcedo
Debo incluir en este sector escultórico a Emilio García, a pesar de que no formara parte de este programa. Ha sabido desarrollar una nueva tipología de arte que lo hace mucho más accesible al público general y esto se agradece cuando ante tus ojos pasan maravillas que ni con el sueldo de un año podrías llegar a adquirir. Es bueno que a día de hoy algunos artistas no hayan convertido su arte en un negocio. O por lo menos no en un negocio de altas esferas.

PROGRAMA “ASIAN GALLERIES”
Porcelain
Berto Martínez
Y por si el programa general no nos había acabado de convencer en cuanto al arte que se cuelga en las paredes, ya estaban las galerías de Shanghai para arreglarlo. Fue magnífico poder disfrutar de las acuarelas de Berto Martínez, que muchos conoceréis sin saberlo por su trabajo con H Magazine. Siempre es un placer ver a este tipo de artistas en casa. También destaca –y de qué manera– el trabajo de Liu Dao. Un conglomerado de toda la historia del arte oriental se concentra en su obra: cuadros con animaciones de leds se mezclan con un collage que recuerda a antiguas civilizaciones chinas. Una conjunción de elementos que crean un arte totalmente innovador.



PROGRAMA “5 GALLERIES”
No todo pueden ser alabanzas, así que aquí me divido en dos. Por una parte, aplaudo la apuesta de la Courtesy Gallery y su trabajo con Jonathan Bernad. Su obra consiste en grabarse en diferentes museos manteniendo relaciones sexuales con su mujer. Aquí salta la eterna pregunta sobre los límites del arte. Pero sólo por el hecho de ser rompedor, yo apoyo esta iniciativa. Por otra parte, no me convenció la galería Silberkuppe y su intento de performance. Adam Linder, el encargado de llevarla a cabo, se alquilaba por horas para el uso y disfrute del contratante. O eso creí entender que decía el curador, porque otra versión de unos espectadores decía que se dedicaba a limpiar un museo invisible. Así que, con una única performance fallida, uno echaba en falta más.

PROGRAMA “MYFAF”
Por último, aquí también siento una gran contradicción. Como he dicho al principio, la Swab Art Fair apuesta por un arte joven e innovador. Pero a veces tiendo a pensar que este arte emergente me engaña. Y tuve esa sensación. Aplaudo, y mucho, el tipo de fotografía digital realizada por Mari Hokkanen. Creo que es la tendencia que está en auge ahora y esta artista sabe como trabajarla. Pero mi mosqueo viene por parte de la galería Prawneg & Wolf. Los artistas que allí exponían eran jóvenes, tenían la posibilidad de mostrar su creación al mundo y, además, era lo primero que uno se encontraba al adentrarse en la feria. Pero lo que vi en ese stand fue pasotismo y dejadez. No comprendí nada. Y creo que no había nada que comprender.

Así que ya está. Ha sido un paseo bastante resumido porque el arte entraba a borbotones en mí y no sabía como pararlo. Creo que he dejado bien claro lo que, siempre bajo mi punto de vista, fue lo más positivo y lo más negativo. Puedo afirmar que el arte está salvado. Los artistas están ahí. Simplemente necesitan galerías que les permitan crear libremente. Y una sociedad que los respalde. Os invito a asistir a la Swab Art Fair del próximo año, así como a todos los eventos de arte contemporáneo que se vayan sucediendo. Os invito a la cultura en general. No faltéis.

Charlie W.


Os dejo algunas imágenes más de las obras que he mencionado:


Curiosos sucesos a la hora del té
Iria do Castelo

Cockeyed virtue
Sophia Daly Rossin

Giganteschio
Fabrizio Fontana

Noe Salcedo

domingo, 6 de octubre de 2013

Las radicales performances de MILLIE BROWN

Alrededor de los años 50 del siglo pasado, los artistas estadounidenses empezaron a desarrollar algo llamado happenings, acciones teatrales callejeras que pretendían motivar al público que las observaba. Y ya sabemos que el arte tiende al extremo, así que tendrían que pasar tan sólo veinte años para el nacimiento de la performance, manifestaciones que radicalizaban el papel del artista y cuestionaban los límites del arte. El cuerpo ya no era un contenedor de obras sino que se convertía en el lienzo y en el pincel. Se dejaba atrás todo elemento que no fuera el más puro “yo” físico y artístico.

Desde entonces hasta el punto en que nos encontramos a día de hoy, gran variedad de artistas han hecho de la performance su proyección artística, una forma de expresión que ha avanzado hasta lo más recóndito de cada ser. Es aquí donde nos encontramos a la artista que nos ocupa, Millie Brown, una joven inglesa que ha sabido recoger toda esa tradición y crear algo muy propio. Las performances de Millie no son aptas para público sensible así es que para llegar a comprenderlas se debe tener una concepción artística muy amplia.

Millie vomita. Tan simple como eso. Y a la vez tan complicado. La artista se reúne ante un grupo que decide observar como crea obras a partir de sus fluidos gástricos. Pero no todo se resume a eso. Detrás de las performances de Millie hay todo un sentido que la lleva a ingerir leche con colorante para después regurgitarla y crear una composición pictórica sobre un lienzo que se extiende a sus pies. Sí, es una creación muy extrema y puede que para algunos pueda resultar desagradable contemplarlo, pero considero que debe conocerse la experiencia artística. Así que para los más osados me interrumpo con una de sus performances más conocidas, Nexus Vomitus, a pesar de ser una grabación sin público que no causa la misma reacción que un directo. Para aquellos que no se vean con un estómago capaz de resistirlo, dejo el resultado final de la acción. A todos, os acompaño a seguir descubriendo a Millie más abajo.




Resultado de Nexus Vomitus

¿Rompedor, verdad? Pues bien, Millie no es una joven bulímica que busca llamar la atención. El uso de fluidos en la creación artística se convirtió en algo habitual en el momento en que las acciones iniciaron su radicalización. Millie únicamente bebe –nunca mejor dicho– de una tradición del cuerpo doliente. Los artistas de los 70 realizaban prácticas contraculturales, sometían al cuerpo al dolor para romper con todo aquello que pretendía imponerse, un arte comprometido con una sociedad que destruía esquemas. Gina Pane es quizás una de las artistas que más entronca con el sufrimiento, pues se realizaba cortes con cuchillas por todo el cuerpo ante un atónito público que no sabía reaccionar. Incluso si nos remitimos mucho más atrás de Gina, y en palabras de la propia Millie, el expresionismo de Pollock es lo que la conduce a pintar de esa forma. Ya no hay ni pincel, ni palos, ni cuchillos. La pintura se arroja desde el estómago, desde lo más profundo del “yo” para extraer las emociones más aferradas en su interior.

Millie Brown se opone a lo Sublime, intentando que el espectador descubra otras formas de Belleza en lo abyecto. Se expone a unos niveles que la llevan a límites muy finos entre el arte y la locura. Rompe los moldes de una sociedad adormecida y cada vez más acomodada. Presenta realidades. Desde sus primeras performances vomitando sobre sí misma hasta el vómito sobre el lienzo o sobre otros participantes, Millie busca lo obsceno y lo hiriente sin ningún tipo de ilusionismo, es toda una verdad. Enfrentándose a sí misma provoca que el espectador también lo haga. Aquel que contempla su arte, descubre unos cánones impuestos en su interior que se destruyen con la performance, con un acto libre tan propio que no responde ante nada ni ante nadie.

Charlie W.


Otras performances de Millie Brown: